domingo, 31 de enero de 2010

Ellos siguen teniendo hambre


Open Australia 2010

Pues sí. Roger y Serena siguen con hambre de títulos visto lo visto en el recién finalizado Open de Australia, el primero de los grandes de la temporada. Son jugadores que más allá de sus aptitudes físico-técnicas (toma palabro) se han formado una mentalidad ganadora increíble que les impide relajarse, como si quisieran plantarle cara a sus propios límites y a los de la propia historia. Y ahí están, dando su mejor versión una vez más y satisfaciendo a los espectadores con su tenis.

Porque la magnificencia de Roger Federer ya la hemos comentando demasiadas veces por aquí pero aún con esas no deja de sorprenderme. Yo diría que he visto su mejor versión por lo menos desde 2005-2006 y eso ya son palabras mayores. Controlando el resto casi igual de bien que el servicio, con menos errores no forzados, alternando golpes de todo tipo con facilidad, con mayor regularidad táctica y lo mejor, que el revés le ha funcionado de una manera brillante. Le ha bastado mantener esa tónica para hacer un torneo sensacional y la final contra Andy Murray ha sido la puntilla. La final no ha sido de las contiendas épicas ni de las más brillantes, de hecho los dos primeros sets han sido un recital suizo y poco más. Ha sido en el tercero donde Murray ha comenzado a arriesgar y ha conseguido ponerse con un 2-5 que hacía presagiar un cuarto set. Pero apareció el hambre del genio y la situación se igualó a un 5-5 para acabar en un competido - y porque no decirlo - épico tie-break. Roger sentenciaría con un 6-3, 6-4 y 7-6(11). Ya digo, la final no ha sido demasiado espectacular pero sí de manual, sí para ver tenis táctico y técnico de primer nivel donde podías disfrutar con grandes ángulos y colocaciones, dejadas, contraataques o paralelos brutales. Una gozada didáctica, en resumen. Y nada, Federer alcanza su cuarto Open de Australia y su decimo-sexto GS (casi ná). Y la pregunta que me viene a la cabeza es: ¿Y ahora qué? La ATP se está volviendo más imprevisible de lo que esperaba. Si Roger sigue así será difícil que alguien le plante cara, sinceramente. Solo Murray, Davydenko y Cilic me han dejado buen sabor de boca. Preocupante es la lesión de Rafa Nadal que llega cuando comenzaba a recuperar sus sensaciones. Al Rafa de 2008 y principios del 2009 creo que no lo vamos a volver a ver porque aquello fue sobrehumano pero creo que algunos nos conformaríamos con que consiguiera una estabilidad competitiva que le permitiera llegar a finales. Del resto poco que decir. Ya veremos que ocurre en torneos venideros.


Serena Williams, por su parte, firma su decimo segundo Gran Slam. Serena no ha sido ni será una jugadora que me encante ver jugar pero reconozco que su tenis implacable es todo un recital de juego ofensivo. Muy disfrutable en el fondo.

Como suele ser habitual con el open de Australia, la diferencia horaria hace que te pierdas algunos encuentros interesantes por lo que mi valoración será bastante escueta. Sí ha habido algunas sorpresas interesantes. La primera seguramente haya sido el salto cualitativo de las jugadoras chinas, en especial de Li Na y Zheng. No sé si serán capaces de mantener ese ritmo ascendente pero han firmado un gran torneo. La segunda se resume en que las favoritas y principal competencia de Serena no han dado la talla. Ni Clijsters, ni Safina, ni Kuznetsova, ni Azarenka ni Wozniacki han demostrado estar mejor que las Williams por lo que sigue esa mayúscula incertidumbre sobre el tenis femenino. Pero bueno, entre tanta incerteza reaparece, para mí, la segunda mejor jugadora de la historia, Justine Henin (Stefi es Stefi). Yo la echaba de menos. Con ella la WTA tenía una mayor entidad y bueno, solo hace falta ver porqué. Regresa después de mucho tiempo y se mete en la final del Open de Australia como el que no quiere la cosa. Espectacular. La final fue reñida y se fue a los tres sets. Serena usando sus principales armas como son el físico y saque y Justine tirando de repertorio técnico con revés y derecha. Al igual que la final masculina se quedó lejos de lo antológico principalmente porque no había demasiada reguralidad. Henin falló mucho con el saque y Serena suele tener algún bajón raro como el del segundo set. La cosa quedó en 6-4, 3-6 y 6-2 para Serena. Me quedo con el regreso de la belga (ay como coja el nivel…) y con el hambre de victorias de la norteamericana. Veremos que ocurre en próximas citas.

Salu2!

PD: A ver que nos depara el futuro. Incierto es, desde luego.

PD2- Shonen: Barbablanca quiere irse a lo grande (Final is coming); Sasucristo se ha vuelto loco perdio (como el manga, vamos); Aizen se mea en todo ser viviente (Komamura y Rose lo saben); Fairy Tail absorbido hacia Edras (un poco LOL); Pandora se pone en modo killer (la tía da miedo); reaparece la hollow de Amamiya (nunca me ha gustado); Beel gigante detenido de forma cool por un desconocido (me encanta esta serie).

viernes, 29 de enero de 2010

Criticas cinéfilas (XLIX): La Cinta blanca (Das weisse band)


Director: Michael Haneke

Año: 2009

NOTA: 7,5

Se podría hacer una buena disertación entorno a todo lo que se explica en esta película pero voy a ser escueto y haré una crítica breve para no marear demasiado la perdiz. La Cinta Blanca sitúa su acción en un pueblo protestante del norte de Alemania aproximadamente unos años antes de que explotara la Primera Guerra Mundial. Sus habitantes viven organizados casi de manera estamental (nobles, profesionales y el campesinado y la servidumbre) y nada parece perturbar la inmaculada convivencia de la villa hasta que comienzan a ver sucesos violentos sin explicación aparente. Hecha la presentación, el director y también guionista Michael Haneke nos propone desentrañar lo ocurrido a la vez que nos sumerge en un debate moral muy perturbador.

En los primeros compases de la película comencé a intuir que la propuesta se iba a escapar de mis manos y que me iba a costar acceder a ella: ausencia de cualquier banda sonora (ni en los créditos oiga), un blanco y negro inmaculado y sobretodo un ritmo muy sosegado disparó mis temores. Pues bien, contra todo pronóstico la inquietud y el desasosiego que van emanando de la película fueron tirando de mí hasta conseguir involucrarme por completo en el meollo del pueblo y sus habitantes. Haneke, con un ojo muy clínico (casi enfermizo), comparte con nosotros algunas de sus ideas sobre las relaciones entre los valores y conductas sociales y como algunas de estas desembocan en la misma violencia. Se podría decir que sale bastante airoso y que el mensaje es claro y por suerte no demasiado aleccionador lo cual agradezco porque es un tema tan complejo que no sé si hubiera visto con buenos ojos que me soltaran verdades absolutas. En cualquier caso la premisa del significado de la cinta blanca es muy sugerente a la par que interesante. Haneke no se anda con medias tintas: el ser humano se corrompe fácilmente. Da igual que te inculquen en los principios más conservadores, rectos y puritanos que existan que la degradación moral siempre está al acecho. La pureza y la corrupción pueden ir de la mano si no hay una línea que sepa diferenciar qué es cada cosa. La escena del chaval en el puente es perfecta y refleja bien esto que digo: “Si Dios no quiere que me caiga del puente es que soy un buen chico, ¿no?”.

La cinta es meticulosa, perfectamente realizada y con una fotografía de Berger absolutamente brillante. En ello se va gran parte del metraje y la acaba convirtiendo, para mí también, en una película algo larga pues sin comerlo ni beberlo se va a los 145 minutos. Hay secuencias, planos y silencios muy largos, algo desesperantes a la par que inquietantes algunos, pero me da la sensación que funcionaría igual con unos minutos menos. El reparto es muy coral entre niños y adultos pero funciona bien y no hay nada que achacar. En resumidas cuentas, yo la recomiendo (se está llevando premios sin parar y apunta al Oscar a mejor peli extranjera) pero ataos los machos: es puro cine de autor, de mensaje pesimista y casi inmisericorde y sugiere más que concluye (ese final) por lo que lo mismo os encanta que os puede parecer infumable. Yo le daría una oportunidad.

Salu2!

PD: Los próximos objetivos son Holmes y Up in the air.

lunes, 25 de enero de 2010

Análisis DS: Big Bang Mini


Hacía tiempo que no me picaba tanto con un juego. Arkedo Studio me ha conquistado con una propuesta especial que se caracteriza por ser un shoot ´ em up con todo lo que eso conlleva y segundo, por sus terribles ganas de ser original. Big Bang Mini es un intento de rescatar un género que desde siempre se ha mantenido bastante fiel a sus principios: el shoot em up. Todos nos acordamos de aquellos juegos donde manejábamos una nave y teníamos una oleada de enemigos a los que debíamos abatir con nuestros disparos. Me vienen títulos arcade muy clásicos como el Space Invaders, el R-Type o el mítico Gradius aunque la cantidad de propuestas que entonces aparecían de la mano de Konami, Taito, Namco, Atari…etc. era muy grande y títulos buenos hay muchos. Era un género poderosísimo que tenía/tiene legiones de fans y que fue evolucionando en algunos aspectos (cambiar el sentido vertical por el horizontal, ítems que mejoran nuestras habilidades y defensa, una mayor oferta de modos…) aunque curiosamente, a nivel conceptual, se ha mantenido bastante alejado de novedades o revoluciones. Big Bang Mini presume precisamente de eso, de ser una propuesta clásica, muy accesible pero a su vez revestida de un aire original que hará las delicias de los aficionados al género.

El juego es de lo más simple que hay actualmente en el catalogo de Nintendo DS pero no por simple es menos bueno. El juego se inicia con un modo arcade en el que visitaremos diferentes zonas del mundo: Paris, Nueva York, Hong Kong, Kamakura, la sabana africana…etc. y estas a su vez se subdividen en diez fases en la que la ultima es un jefe final. La idea es muy simple. Nosotros controlaremos con el stylus una esfera que no tiene otra finalidad que lanzar a esas oleadas de enemigos cantidades ingentes de fuegos artificiales. No tiene defensa ni tiene puntuaciones que conseguir, únicamente abatir, esquivar y recoger las estrellas que sueltan para rellenar una barra y así pasar cada fase. Como decía, el juego usa un 99% el stylus y un 1 % el botón R/L. Con esta proporción sería lógico que alguno se tirase de los pelos pero la verdad es que esta vez el control es perfecto. La esfera la movemos como una extensión del propio puntero y la dirigimos adonde queremos. A su vez debemos disparar y dirigir nuestros fuegos artificiales con una pericia y precisión perfectas o de lo contrario seremos victimas de nuestras propias armas. El juego premia tu puntería con las jugosas estrellas pero te penaliza si el disparo pirotécnico no impacta donde debe hacerlo creándote un pequeño infierno jugable en el que debes esquivar como un poseso las ramificaciones de tus cohetes.

Indudablemente el juego puede volverse algo repetitivo porque la dinámica es muy similar en cada escenario pero el reto es permanente y el pique por querer superar cada fase es total. Para no repetirse del todo la esfera que controlamos cambia su forma en cada zona que visitamos e incluso desbloquea alguna habilidad sin la cual sería imposible superar las diferentes fases. Dicha habilidad es temporal por lo que conviene racionarla bien para saber cuál es el momento idóneo para usarla. Además incorpora un buen multijugador y el modo desafío donde sí habrá puntuaciones y clasificaciones online. Sinceramente no creo que se le pueda pedir nada más. Además técnicamente el juego es perfecto. Un control bien implementado, una música decente y variada para cada zona y unos escenarios originales y peculiares que se llenan de diseños muy apetecibles en una propuesta de este calado. No creo que haga falta decir mucho más, simplemente probadlo y disfrutad como locos de esta sencilla pero adictiva propuesta. Os dejo un video que resume toda esta entrada:




Salu2!

PD: Lo proximo será Layton y la Caja de Pandora

jueves, 21 de enero de 2010

Odiados (2)

Sí, ha vuelto la sección más gamberra del blog, donde la bilis campa anchas castilla y donde el ánimo critico se dispara hasta límites insospechados. Ya sabéis cuales fueron las primeras víctimas pero las ganas de repartir más estopa han vuelto a mí y hoy os traigo otros tres elementos, algunos los conoceréis, otros no pero todos comparten un atributo: llevan la tendencia a ser odiados en la sangre. Estos son los nuevos nominados (y ojo los SPOILERS):

Denethor II, hijo de Ecthelion

"En Fringe no bebo en mi copa de plata"

Tolkien era un autor meticuloso para con sus personajes y conseguía dotarles de la suficiente personalidad como para emitir juicios de valor sobre ellos con cierta facilidad. La misma importancia les daba a sus valores humanos como a sus pensamientos y acciones que para bien o para mal serán determinantes en nuestra concepción. Denethor es uno de esos tantos casos. Este personaje se fue viniendo abajo porque la vida le fue dando reveses contundentes. Primero con Finduilas, luego su obsesión con el Palantir y luego con la perdida de Boromir. El último senescal regente de Gondor era un hombre sumido en la desesperación y venido a menos pero digo yo, ¿es eso motivo suficiente para perdonarle sus pecados? Primero: ¿Qué es eso de tener favoritismos con los hijos? Es demasiado impopular y genera mala leche. Segundo: ¿Por qué restregarle las virtudes del otro a tu hijo menor? Ruin. Tercero: ¿Por qué quemarse vivo con tu hijo? Demencial. Es verdad que Peter Jackson, Fran Walsh y Philippa Boyens tienen mucha culpa de que odie más al elemento por enfocarlo hacia una visión más sombría y autodestructiva del personaje cuando Tolkien no era tan explícito pero bueno, los motivos de estar nominado no varían demasiado.

Mark Benford

"Que no falte el careto agrio"

Flashforward ya nació torcida y sus personajes no ayudaron a enderezarla, más bien al contrario, la ahogaron un poco más en el fango. Mark Benford es uno de los culpables. Es un personaje que cree que debe salvar al mundo y se vuelve absolutamente prepotente con todo aquel que no lo entienda. “Eh, que el Proyecto Mosaico soy yo”, “Eh, que soy del FBI, cuidado”, “Se hace lo que yo digo y me paso por el forro todo lo demás”. Apático y muy falto de emociones lo convierte en un tío con el que es casi imposible empatizar lo más mínimo. Ni la mujer, ni el amigo ni los compañeros de trabajo pueden soportarle. Si Flashforward acaba volviendo espero que lo primero que hagan es reescribir a este personaje. De lo contrario Joseph Fiennes llevará la carga del odio a sus espaldas durante mucho tiempo.

Zommari Leroux

“Hola, me llamo Zommari Leroux y soy la séptima espada de Aizen-sama. Esta es una cosa de las que hago”:



Cuando vi a esa mandarina flotante rosa llena de ojos y luego su posterior exhibición de tonterías y clichés solo pude hacer dos cosas: Cagarme en Tite y exclamar:



Salu2!

PD: En el próximo capítulo más…